Dejar atrás el pasado no es fácil, menos cuando las pesadillas amenazan con recordártelo cada noche. Es por eso que Emma decide aprovechar las vacaciones y pasar una temporada lejos de casa para aclarar sus ideas. Ella es centrada, decidida e inocente, aunque en situaciones suela ser algo impulsiva es una buena chica en todo el sentido de la palabra. ¿Pero Jacob? Él es todo lo contrario, sabe como divertirse, tiene la experiencia y esa chispa que lo hace atrayente para todas las mujeres, en su vida solo existe una única regla: nunca te enamores, nunca te acuestes con la misma chica dos veces. Ella le teme a enamorarse, comprensible después de ver a su madre sufrir durante años por una mala elección y ser la principal fuente de apoyo para sus dos mejores amigas en cada mal de amores. Él no quiere ningún tipo de compromiso, entonces ¿por qué se sentía así? ¿Cómo es que esa chica que acababa de conocer logró cautivarlo de esa forma? ¿qué tenía ella para hacerlo perder la cabeza con un simple roce? Esas preguntas lo atormentaban desde que la había visto por primera vez. Ella no lo dejaría acercarse, él haría todo por tenerla cerca.