El sonido de los latidos del corazón de Bella llenó la habitación, acelerando con el momento hasta que alcanzó un millón de millas por minuto. - Bella -susurró Jane, levantando suavemente los dos brazos de la chica entre ellos y frotando suavemente sus antebrazos con la toalla-. Hasta que pudo tomar suavemente sus dedos, los ojos en ellos, y limpiarlos a fondo con movimientos suaves y gentiles, "cálmate, querida".