Jake Porter y el Legado de los Horrocruxes
Jacob, Jake para sus seres queridos, Porter es un niño común que vive su vida normal con su abuela, hasta que un día llega una señorita llamada Maarika Rey a decirle que él, como ella, son magos, invitándolo a una escuela donde aprenderá a manejar su magia y no ser un peligro, ni para sí mismo ni los demás.
Pero, Jake Porter tiene un trauma con la magia: el día que Voldemort fue derrotado por Harry Potter, un par de mortífagos asesinaron a sus padres y secuestraron a su hermanita Lidia Porter. A pesar de los desalentadores informes policiales, de que su hermanita ya puede que esté muerta, Jake Porter tiene la sensación de que ella sigue viva, aunque no sabe cómo explicarles que él lo siente así, porque sabe cómo se siente ella. Entonces, pensando que lo que lo conecta con su hermanita es la magia, Jake Porter se traga su miedo y decide ir a Hogwarts, para empezar desde ahí su búsqueda.
No olvidemos que es un niño de tan solo once años, iniciando su vida de estudiante en Hogwarts, en un Mundo Mágico aún recuperándose de la guerra, Jake deberá enfrentar no solo su trauma con la magia, sino también los peligros de la magia oscura, o la exclusión y discriminación por ser hijo de muggles. Apenas está aprendiendo del Mundo Mágico, no es tan diferente al mundo no mágico del que él proviene.
En su estadía en Hogwarts conocerá amigos entrañables como los mellizos Rocco y Veronica -Roni- Wallace, y a Hiacynth Grayson, su mejor amiga, y futuro interés romántico; conocerá a elfos domésticos como Chrysta, una elfa doméstica inspirada por Dobby, el liberado; a maestros carismáticos y comprometidos con sus ideales que serían capaces de renunciar a Hogwarts y al mundo mágico para lograr justicia e igualdad, como Maarika Rey, especialista en Encantamientos Ancestrales, y quien jugará un papel importante en la búsqueda de Jake por su hermana.
