Cuando creé este mundo, quise seguir un orden, pero mis hijos me desobedecieron... y crearon a las hijas de la vida, mujeres capaces de dar a luz a seres inmortales.
El mundo se había encargado de extinguirlos hace décadas, a aquellos que se escondían en la noche, los amantes de la luna, los que vivían dentro del corazón del bosque, los seres de luz más cercanos a mí y aquellos que se rebelaron contra mí.
Sé que es un error lo que han hecho, y espero que ellos mismos lo solventen cuando empiecen a ahogarse, pues no estaré para ellos.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...