-¡Eres un odioso guardaespaldas! -¡Y tú una niñita caprichosa! -¡¿Y para decirme eso tienes que acorralarme?! ¡No quiero que te me acerques! -¡Y yo no quiero estar un minuto más cuidando de ti! -¡Pues renuncia, rubio idiota! -¡No te daré ese lujo, castaña odiosa! -Claro, porque el lujo que tu quieres justo ahora es besarme ¿no es así? -Como no tienes la puta idea -sus labios se acercan de forma peligrosa a los míos -¿Me detestas tanto que quieres besarme? -Quiero y lo haré, princesa