«Cada uno es como una galaxia que nunca terminas de conocer y en el proceso te puedes perder. Pero si me permites ingresar a la tuya, aun si me pierdo, sé que mi camino encontraré, dulce estrella de mi ser».
Un mal primer día para Larissa en una nueva ciudad y nueva escuela. Malos rumores circulan, como un cactus que piensa mostrar sus espinas si lo intentas tocar con tal de protegerse. Experiencias del pasado le impiden el mantener contacto con alguien, pues nunca sabes cuándo te apuñalarán por la espalda.
Adhara, una obediente marioneta de su abuelo, jefe de una empresa. No existe una respuesta al "quién soy", solo al "qué debo ser". Un vaso vacío sin voluntad, demuestra tu valor si amada quieres ser.
Un simple trabajo en dúo las obligará a mantenerse en contacto constante: un desarrollo casual, pero mucho que contar.
Solo dos jóvenes descubriendo que amar no será su pecado, pero tampoco un camino fácil que deban dar por sentado.
«Nunca dije que éramos amigas».
«¿En serio? Bien, déjame pedírtelo. Permíteme ser tu amiga».