Un día soñé una rosa blanca desojándose, desesperadamente traté de mantener los pétalos en su lugar, traté tan fuerte que mis manos empezaron a sangrar al pincharse con las espinas de la rosa, aún así seguía tratando y tratando hasta que dejaron de caerse, me sentí triste al ver que la rosa había dejado de ser blanca, estaba manchada con mi sangre, entonces un pétalo voló de la rosa como si lo hubieran jalad y en ése momento desperté. Me siento, de pronto veo como mi sábana blanca se empieza a vestir de tonalidades rojo carmesí, de sangre que emana de mi uno de mis poros nasales.