Logan, hermano maldito de Drácula, fue condenado a una eternidad de tormento tras asesinar a la esposa humana de su hermano. Aborrecido por su propia naturaleza, condenado a vagar en la oscuridad, su alma se desangra lentamente, marcada por una maldición que lo mantiene atrapado entre dos mundos. Solo existe una cosa que lo consume: la venganza. Su único deseo es destruir a Drácula y liberarse del destino que lo ha atado, pero el precio que debe pagar por ello es más terrible de lo que imagina. Logan es el único vampiro, junto a su hermano, capaz de caminar bajo el sol, un poder que le otorga la maldición misma, pero que lo convierte en un paria, una monstruosidad indeseada incluso por los suyos. Su existencia, la de un Alfa, uno de los primeros vampiros, se ha convertido en una pesadilla, pues es perseguido sin descanso por todas las criaturas sobrenaturales que han sido incitadas por una recompensa generosa puesta sobre su cabeza por Drácula. Sin amigos, sin esperanza, Logan es acechado por sombras que sus ojos no pueden ni siquiera comprender. Los ecos de los horrores que ha causado lo siguen, sus propios recuerdos se vuelven contra él en la oscuridad. A cada paso, las criaturas que lo cazan parecen acercarse más, y en cada rincón, una amenaza más grande se alza, esperando devorarlo. Mientras se adentra más en el abismo, la venganza se convierte en una obsesión macabra que lo consume, pero con cada intento de acercarse a su hermano, una verdad aún más aterradora se revela: la maldición que lo persigue no solo lo está corrompiendo, sino que, lentamente, lo está transformando en aquello que más teme.