Los hermanos Winchester fueron a investigar unos extraños asesinatos en un pequeño pueblo llamado Farenwood cerca de Seattle, en el que sabían que había un portal hacía el infierno, ya que habían ido dos años antes por el mismo motivo. Al encontrarse con Sarah por las calles del pueblo y se detuvieron a saludarla, una chica que conocieron, cuando fueron por primera vez al pueblo ya que sus padres habían sido asesinados por los demonios que salieron de aquel portal. Ese encuentro fue cambió sus vidas ya que Dean no tardó en darse cuenta de que la pequeña de pelo rubio y ojos azules que llevaba Sarah en brazos era su hija, algo dentro de el se lo dijo cuando esa niña lo miró. Sarah nunca impidió que Hanna viese a su padre, en un primer momento pensó que lo mejor era cuidar sola de la niña porqué sabía a que se dedicaba Dean y no quería retenerlo muchas noches durante esos dos años dudó de si estaba haciendo lo correcto, se prometió que cuando fuese mayor le diría a Hanna quien era su padre , pero cuando Dean conoció a su hija con un año y tres meses y le dijo que la visitaría siempre que pudiese, estuvieron de acuerdo en que la niña supiese que el era su padre pero también lo estuvieron en que la pequeña nunca sabría a que se dedicaban el y Sam en realidad. Hanna creció con su madre recibiendo visites de su padre y su tío una vez al mes o a veces una vez cada dos meses. Pero un día su madre murió y su padre y su tío pasaron unes semanas con ella pero después se marcharon a trabajar, volvía cada semana o cada dos semanas y la llamaban cada día ella no acababa de entender porqué no buscaban trabajo en el pueblo y se quedaban en casa. Sam y Dean odiaban dejar a Hanna sola en casa pero no era un buen momento para dejar la caza. Dean Tenía muy claro que no quería que Hanna supiese a que se dedicaban ni nada sobre todos los seres que existían, pero un día el y Sam no tuvieron más remedio que contarle la verdad para poder salvarla.