INTRODUCCIÓN. Era un invierno, uno como otro cualquiera, o eso parecía... Llegué a mi casa a las tres, como todos los días al salir del instituto y me encontré a mi madre llorando en la esquina de su habitación. Sujetaba unos papeles... -¡Mamá! ¿Qué te pasa? -Míralo tu misma- contestó ella entregándome los papeles. Era una hoja de sus análisis del hospital. Llevaba unos días mal asi que fue al medico. En cuanto leo los resultados, me derrumbo junto a ella: cáncer terminal. La abrazo y pienso que tengo que disfrutar con ella los días que le quedan. A la noche siguiente, mi madre me lleva al aeropuerto. Me voy a un internado a Irlanda. -Mamá que no, que yo quiero quedarme aquí. -Hija mía, prefiero que sigas disfrutando de tu juventud y no te tengas que ocupar de mi lo que te queda de adolescencia. Me despido de ella llorando y embarco. Próximo destino: Internado solo de chicas en Irlanda.