"No me olvides mi lirio blanco"
17 Bagian Sedang dalam proses No lo sabían, pero el destino ya había escrito su primer verso.
Fue una mirada breve, apenas un instante robado al tiempo, pero suficiente para sembrar algo que crecería en silencio.
Giyuu, de ojos tan azules como un cielo sereno, y Obanai, con la dualidad en la mirada y una calma extraña en primavera.
El lirio blanco floreció entre ellos sin permiso, símbolo de lo puro, de lo que nace sin palabras, solo con la certeza de que debía ser.
Y así, sin darse cuenta, dos almas comenzaron a caminar hacia el otro, guiadas por algo más fuerte que la razón: el simple acto de mirar... y no olvidar.