"-Quiero ayudarte -dijo, mirándola con súplica-. Permitime ayudarte, por favor, Angélica... por favor.
-Tengo miedo -murmuró mirando hacia abajo, algunas lágrimas empezaban a asomarse-. Siento que no puedo seguir... quiero sentir pero lo único que veo es desesperanza -negó y se acercó más a la orilla, -. Mi vida se volvió una niebla, me siento perdida, sin salida, Ariel... no tengo ganas de seguir luchando -miró el cielo, nublado-. Si Dios existe... se olvidó de mí.
-¡No! -respondió, levantando las manos-. Él no se olvidó de vos, Angélica... por favor, ¡no digas eso! Mald- -se detuvo, por años había olvidado decir malas palabras hasta ese punto, tomó aire y luego habló-. Por favor, escúchame... Déjame ayudarte, por favor...
-¿De verdad pensas que podés ayudarme? -miró el río pasar por abajo del puente.
-Te vamos a ayudar, sólo tenés que permitirlo.
-¿Ayuda? -murmuró, pensó y luego volvió a mirarlo-. Perdón Ariel -él negó, comenzando a llorar-. No puedo...
-No, Angélica -negó, acercándose más-. ¡No lo hagas! No, no, no, no, no... ¡No! -gritó cuando la vió saltar."
[...]
Escribo "La lucha" porque desde mi perspectiva es necesario escribir sobre ciertas cosas, especialmente de la depresión y lo que ésta causa. Probablemente establezca relaciones con lo espiritual.
Si a alguien le molesta el cristianismo, éste libro no es para tí. Si deseas darle una oportunidad, espero poder darte la experiencia de haber leído algo interesante (y por qué no, inspirador). Si deseas otro tipo de lectura, tengo más historias en mi perfil ;)
- He aquí, una escritora amateur que sólo busca dejar fluir su imaginación.
[Fin del comunicado]
Y si te digiera que Bart el represéntate del famoso grupo magcon tiene una hija, y ella tuviera que ir de la noche a la mañana a vivir con su padre y 11 chicos?
Quieres saber su historia?