Érase una vez un chico con pecas que escribía y que después existía. Érase una vez una chica con cabello del color del amanecer que tocaba mejor de lo que respiraba. Él había aprendido que destruir cosas era más fácil que construirlas. Ella iba a aprender que los secretos no se guardan para siempre. Él luchaba por acallar a su conciencia. Ella estaba buscando a la suya. Él sabía que nunca iba a encajar. Ella todavía luchaba por hacerlo. Él sabía que ya nada importaba. Ella intentaba figurarse qué en realidad sí lo hacía. Ambos iban a tratar de comprender qué pasaba cuando los sentimientos adecuados llegaban junto a la persona equivocada. Al menos habían intentado amarse más de lo que habían intentado destruirse.
14 parts