Isabella es una joven que se gana la vida con una tienda de antigüedades, que antes pertenecía a su padre, actualmente sumido en el alcoholismo. Pero aun más importante, escribe cartas a cambio de dinero. Aquel trabajo es el que logra hacerla feliz, entre los chismes ajenos y la redacción de cartas formales, laborales, y las que mas le apasionan: románticas. Precisamente, a través de un encargo donde deberá conquistar a una muchacha adinerada mediante correspondencia, comenzará a cuestionarse su profesionalidad con respecto a este ultimo trabajo, atrapada una maraña de sentimientos confusos que una joven en la España franquista no puede admitir, ni si quiera a si misma.