Karl se ha enamorado de la vida y de la música desde que tiene memoria, le encanta saber el por qué de aquellas muchas cosas que le ocultan. Le encanta poder escuchar a su padre quejarse las dificultades de su trabajo, y salir de paseo a la ciudad con su madre, o pasar el tiempo con sus amigos, porque para él significa, no solo ver la vida, sino sentirla y detenerse cuando se lo pide.
Sapnap no ha llegado a su vida para demostrarle lo contrario, pero si mostrarle cómo se ve la vida cuando solo pasa y nunca se detiene por él. La vida espera, pero no puede hacerlo para siempre, y Sapnap sabe eso, Karl se lo ha contado mil veces, porque nunca se ha detenido para respirar y dejar que respire del camino para apreciar las cosas bellas.
Le ha mostrado miles de canciones y de frases para que entienda la vida, pero nada es suficiente para mostrarle lo que siente.
"Deja de escuchar esa canción junto a mí" Sapnap espeta.
"¿La conoces?" Cuestiona Karl.
"Es mi favorita".
Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.