- ¿Y mis marcas de bigotes?, ¡Me estafaron!.
- ¿Naruto?, ¿Te encuentras bien?, si quieres llamo a la sensei para que te ayude. - Le dijo su compañero de equipo.
- No, no hace falta, solo me acordé de algo, nada importante.
- Mm, puedes contarme lo si te sientes mejor.
- ¿Seguro?
- Claro, como compañeros de equipo no solo nos apoyamos en las misiones, también en nuestras emociones.
- Bueno... Ahora me di cuenta de que me estafaron, me dijeron que el maquillaje no cubría casi nada, y mira, me cubre hasta los pecados, no ha ninguna imperfección, así mi plan nunca triunfará.
- Pero no querías ocultar tus marcas para que no te reconozcan, aunque no cambias mucho que digamos, te pareces al Yondaime-sama.
- La gente es estúpida, incluso las otras aldeas se darían cuenta al instante. Imbéciles, esa palabra los define y muchas más.
- Oigan, vengan rápido, nuestros sensei nos llama para entrenar.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero