En un mundo dónde la mayor parte de la población mundial poseía un quirk (una habilidad sobrehumana que puede poseer una persona), también existían las marcas de almas. Acompaña en esta historia a la familia Aishiyama en sus aventuras para entender mejor el vínculo que los une. Aizawa Shouta nunca estuvo listo para ser padre, apenas podía creer que podía ser un maestro y tratar con sus alumnos como para creer que podría ser un buen papá, pero eso no significa que no se interese por quienes son sus hijos del alma, y los amará profundamente. Yamada Hizashi era mas nervios que persona cuando descubrió que sería un padre del alma, pero desde el primer minuto que haría lo que sea por amar y proteger a sus hijos. Shirakumo Oboro vibró de felicidad al saber que sería un padre del alma, impaciente por lograr localizar a sus hijos del alma para conocerlos y atraerlos a su pequeña familia. Shinsou Hitoshi no entendió al principio porque tenía una marca del alma y porque a su "madre" y "padre" pareció devastarlos, después aprendió los conceptos y con la llegada de su quirk, se dio cuenta de que esa marca del alma tenía muchísimo sentido. Él sólo quería ser amado (y lo fue). Midoriya Izuku entendió desde el minuto uno lo que era que una marca de alma se dibujara en su muñeca izquierda, pero eso había entristecido mucho a su "madre", así que escuchó sus plegarias y se ocultó hasta que eventualmente no pudo ocultarlo más, después de eso su vida se convirtió en una carrera, desean poder escapar de sus relaciones consanguíneas. Él sólo deseaba poder dejar de huir (y lo haría). Eri conoció el infierno y el peor lado del ser humano, viviendo atada a una silla de experimentacion sin tener voz ni voto para poder detenerlo, tenía miedo del mundo. Ella sólo deseaba ser protegida de los monstruos (y lo sería).All Rights Reserved
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