Mientras subía por el ascensor de su departamento Charles no pudo evitar pensar en ciertos ojos azules. Max siempre había sido una especie de droga en su vida,un vicio del cual no podía escapar ni siquiera después de la fatídica Austria, que los llevó por caminos separados y cuando pensó que por fin había encontrado la cura, Max regreso para activar de nuevo la bomba que ahora había empezado a contar hacia atrás y Charles sabía que era cuestión de tiempo para que alguien saliera lastimado. Entonces el ascensor se detuvo y caminó hacia la puerta de su apartamento donde del otro lado se encontraba su cura hasta el momento. -Joris, ya volví mon amour-