Panda e Inumaki están desesperados. Cuando se corrió la noticia de que los de primero vencieron a maldiciones de clase especial, Maki no quiso quedarse atrás. Eso no tendría nada de malo, si no fuese porque Maki los obligaba a entrenar con ella. Por su intento de hacerse más fuerte, Maki aumentaba la intensidad de los entrenamientos, y estos eran muy dolorosos y cansados para soportar. Es por eso que tanto Panda como Inumaki decidieron buscarle otro... compañero de entrenamiento.