Nunca supe quedarme

Aprendí a enamorarme detrás de una pantalla.

Durante el encierro y la soledad, cuando mi vida real parecía detenida, encontré refugio en E.O.N., un juego en línea donde nada era tangible, pero todo se sentía demasiado real. Ahí conocí a personas que no podían tocarme, pero que lograron quedarse en mí más tiempo del que esperaba.

Cada vínculo fue distinto.
Cada historia dejó una marca.
Y cada vez que sentí que algo se volvía demasiado real, hice lo que mejor sabía hacer: huir.

Esta es mi historia.
La historia de mis amores virtuales, de conversaciones que comenzaron como un juego y terminaron convirtiéndose en sentimientos reales. La historia de cómo me escondí detrás de un avatar para no enfrentar mis miedos, y de cómo aprendí que escapar no siempre significa estar a salvo.

Porque no huía de ellos.
Huía de lo que despertaban en mí...