Un día, prometí ya no llorar más delante de nadie. Un día, decidí ser más fuerte que nunca. Un día decidí tragarme todo el dolor que tenia. Y de un día en un día, me fui muriendo. Cada segundo qué pasaba viva, se sentí como mil cuchillos enterrandose en mi pecho al mismo tiempo. La gente dice que viva, la gente dice que disfrute, la gente dice que tenga sueños, pero...me ya me he rendido.