En las profundidades del Departamento del Cauca, Colombia, se encuentran dos puntos de enlace entre la realidad y la oscuridad: la misteriosa Isla Gorgona y los pueblos de Dagua y Restrepo. Allí, donde los límites entre el mundo material y el espiritual se desdibujan, las historias se entrelazan en una red de misterios y secretos. En 1960, Isla Gorgona fue testigo del nacimiento de la primera cárcel de máxima seguridad de Colombia. Entre los reclusos más peligrosos enviados a sus inhóspitas costas, había un hombre conocido como Rufino, cuya vida estaba marcada por los oscuros destinos entrelazados con los pueblos del Valle del Cauca. Fue en esa misma isla donde comenzaron a tejerse los hilos de un destino más grande de lo que cualquiera podría haber imaginado. Mientras tanto, en los antiguos pueblos de Dagua y Restrepo, las leyendas ancestrales cobraban vida en cada rincón. La casa de Raquel, en Dagua, albergaba historias de encuentros sobrenaturales y desapariciones inexplicables. Ruth, la hija de Raquel, fue una de las víctimas de la oscuridad que acechaba en los bosques cercanos, donde un misterioso duende la abduciría y la conduciría a la misma cueva donde, siglos atrás, se susurraban los secretos de la isla prisión. Pero la conexión entre estos dos mundos va más allá de las leyendas. En Restrepo, la finca reclamada por el hermano de la bisabuela de Rufino estaba impregnada de secretos ancestrales y oscuros tesoros enterrados. Mientras la ambición de aquel hombre oscuro se desataba, despertaba fuerzas ancestrales que vinculaban su destino con el de los prisioneros de Isla Gorgona, creando una red de intrigas y traiciones que se extendía a través de generaciones.