CARLOTA:
Crecer a su lado fue maravilloso, hasta que un día, dejó de serlo: algo lo cambió, lo alejó de mí, y con él, se llevó una parte de mi vida a la que no estaba dispuesta a renunciar. Nunca creí que eso cambiaría hasta que, la llegada inesperada de una Luna reticente, nos obligó a volver a estar cerca el uno del otro, ¿acaso era mi oportunidad para descubrir qué le pasó?
Benjamín se resiste a mis preguntas tanto como a mi presencia, pero nunca se me ha dado bien disminuir mi intensidad y, soy incapaz de resistirme a la suya un segundo más.
¿Por qué no podría una chica ir, abiertamente, a por lo que quiere?
BENJAMÍN
Me enamoré de Carlota antes de saber, siquiera lo que eso significaba. Que su alegría zumbara a mi alrededor era todo lo que necesitaba para estar bien, por eso, cuando todo se torció, supe que tenía que alejarme de ella. Prometí no dañarla jamás aunque eso significara protegerla de mis propios demonios.
¿Cómo le explico por qué no soy el mismo?
Ojalá fuera más ligera la carga de mi propia vergüenza.
Me resisto a aferrarme a la luz que me ofrece Carlota debido a que me supera el miedo a que queden al descubierto ante todos los motivos de mi oscuridad, pero cuando ella se niega a desistir, yo me veo incapaz de resistirme a la mirada de la chica que ha sido la dueña de mi amor durante toda mi vida. Parece ser que, al fin y al cabo, nuestros destinos siempre han estado sellados.