Tercera entrega de la saga LA CORONA DE LUZ, iniciada con LA TRAVESÍA DEL HUÉRFANO. A casi un mes de que concluya la condena a prisión de Azrabul en el presidio de Despeñadero de los Jotes, una lúgubre aparición inspira vagos presagios a Gurlok, quien está lejos de Tipûmbue. El temor tiene fundamento: un asesino sanguinario, seductor y astuto, con la capacidad de convertirse en una fiera difícil de identificar, está diezmando la comunidad gun de Tipûmbue, que se alborota como un palomar acechado por un gato. Amsil asegura no subestimar la amenaza que representa el asesino, pero tiene otras cosas en las que pensar: un sueño reincidente, que no logra recordar cuando despierta y va convirtiéndose en su obsesión; un trabajo algo tétrico, que puso en fuga a otros postulantes, pero que él finalmente acepta; su autoestima, que tambalea tras ser una pelea callejera que perdió y minó su autoconfianza; y la crucial duda acerca de si, llegado el momento, volver con Azrabul y Gurlok, o seguir viviendo con su actual familia de acogida. Todo ello mientras el régimen de Irkham el Magnífico se endurece y los dioses de artificio continúan haciendo estragos en el mundo, sin que los mortales puedan -y en muchos casos ni intenten- detenerlos. Con tantas distracciones, ¿qué garantiza que Amsil no termine descuidándose y quedando a merced del depredador? En BROMAS MACABRAS, hasta ahora el capítulo más tenebroso de esta saga, lo oscuro no sólo no devora toda luz sino que, por el contrario, logra que hasta el más débil resplandor se intensifique y resplandezca con más fuerza
7 parts