Hace doscientos años, en el continente celestial, un accidente sin nombre ni autor provocó la creación del "Agujero Negro", una energía misteriosa que arrasó en todos los reinos provocando la mayor de las tragedias. Cuando toda esperanza se había perdido, dos monarcas de distintos reinos; el rey de la Luna y la reina del Sol, unieron sus fuerzas logrando así contener aquella tenebrosa energía en un artefacto. Ambos monarcas se enamoraron y durante la celebración de todos los reinos a estos dos heroés anunciaron su unión la cual indicaba la formación de un imperio. Pero antes de poder completarse, la noche antes de la boda, en el Reino de Luna, la reina del Sol había muerto. El Reino del Sol acusó al rey de la Luna de asesinar a su monarca, pero en lugar de negarlo, el Reino de Luna, sin piedad, reclamó el artefacto del Agujero Negro el cual seguía resguardado en el territorio del Sol, se levantaron en armas y le dieron inicio a una guerra que no tiene final. "La guerra eterna", un nombre pagano entre las multitudes, todos conscientes de su existencia pero sin opción de detenerla no tuvieron más que adaptarse a vivir en ella. "¿Cuando terminará la guerra? "¿Llegarán a un acuerdo la tierra del Sol y de la Luna? ¿Como comenzó todo realmente? Estas son solo unas de las preguntas que he escuchado ultimámente en las fronteras del ahora Imperio del Sol. A fin de cuentas doscientos años no pasan en vano, la gente ya ha olvidado el motivo de este conflicto. Pero debemos defender nuestro legado, y el artefacto del Agujero Negro. La vida de nuestra gente sigue en nuestras manos. Es lo que me enseñaste, ¿No es así Navea?, que esta guerra debe continuar para asegurar la protección de nuestro pueblo aunque desconozca el motivo real de todo esto ¿verdad? Seguiré haciendo lo que pueda, se que no soy la heredera ideal, pero lo haré por mis hermanos y por ti. Sea donde sea que estés, espero que el Sol siempre te acompañe.
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