"Orígen: El placer del caos."

El universo nació de un rugido, un estallido que desgarró el vacío en mil fragmentos de luz y sombra. No fue un acto de amor ni un designio divino, sino el resultado de una pelea feroz, un duelo que nadie presenció. Dos fuerzas irreconciliables chocaron en el abismo, y de su furia nació el cosmos. Cada estrella, cada sombra, cada gota de sangre derramada se transformó en algo más grande, más vasto, más eterno.

- ¿Esto es lo que querías? -preguntó una voz profunda, cargada de cansancio y reproche.

El espacio tembló. Una chispa cruzó el vacío, seguida de un destello que iluminó los rincones más oscuros de la creación.

Hubo un momento de silencio, como si incluso el cosmos esperara una respuesta. Pero lo único que vino fue el eco de su conflicto, grabado en el tejido mismo del espacio-tiempo.

Las estrellas parpadearon, inquietas, y las nebulosas ardieron con un fulgor inesperado. Bajo ese inmenso lienzo de luz y oscuridad, algo permanecía suspendido: una tensión latente, una promesa de que aquello no era un final, sino un preludio.

-Todo esto... -la primera voz sonaba rota, como si el peso de las palabras las aplastara antes de ser pronunciadas-. Todo esto nos consume.

-Si es el precio por la perfección, que así sea. -La voz respondió con una fría determinación, desprovista de duda o remordimiento.

El espacio se contrajo, y el rugido volvió a escucharse, aunque más débil, como el eco de un corazón que late por última vez. Pero el cosmos no olvidará. En algún rincón, en las galaxias más antiguas, late aún la esencia de su duelo.

El equilibrio es frágil. Bajo la aparente calma, algo respira. Y cuando despierte, cuando el rugido vuelva a llenar el vacío, todo será como antes.

El mundo ahora es rojo.
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Los derechos de autor me pertenecen es de una obra original, pero acepto criticas constructivas del asunto.
Esto puede ser actualizado. :)

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