En principio, el capítulo 8 iba a ser el final de la novela y de la propia historia. Pero cuanto más me acercaba al final, más tenía la sensación de que Asthor Henker, mi Asthor, estaba desapareciendo.
Esta sensación se hizo cada vez más amarga y me hizo sentarme frente a la pantalla del ordenador durante mucho tiempo, pensando en las palabras y frases que había formado.Cuando tecleé la última palabra, las lágrimas inundaron mi rostro al sentir que él se había ido para siempre.
Ya no podía percibirlo en mi Arbeitzimmer (mi taller o workroom). Mis dedos estaban livianos, así como mi mente.Miré nerviosa la palabra "fin" y me dejé caer en el sofá, dejando que el cansancio de aquella noche se apoderara de mi alma exhausta. Entre sueños y llamadas, decidí buscar a Asthor.
Lo busqué en los innumerables abismos de mi subconsciente y en la catedral de mis recuerdos. Entre muchas imágenes oníricas, encontré una enorme puerta de mármol azul y dorado. La abrí con las fuerzas que me quedaban, y allí le encontré, en esta habitación que parecía casi un observatorio de mármol, admirando una noche celestial adornada de estrellas fulgurantes.
Le rogué que se quedara, que era mi más ferviente deseo no terminar así la novela, que estaba segura de que tenía mucho más que contarme.Me miró, frunció el ceño y dijo: No puede ser. No es posible que estés aquí, porque tú no eres más que un sueño de mío.
-Esto... doloroso...-dijo una voz femenina -Padre e hijo, se fueron juntos. Dos hermanos que no pudieron encontrarse por culpa de un gobierno corrupto y podrido, pero aunque se fue con un final digno de un rey, él vive con un solo arrepentimiento -sonrió -Lo hare. Y que ellos decidan si cambian el rumbo o siguen vagando en el mismo triste mar.
Una luz blanquecina iluminó el lugar e hizo desaparecer a la dueña de esa voz, y ese día o noche dependiendo de los lugares más incógnitos del Grand Line y del Nuevo Mundo. El Mar desató su ira contra esa justicia perdida y esos villanos que imparten justicia. Hambriento devoró a todo aquel que sea digno de cambiar su rumbo en el mar, y los que estaban a punto de empezar el suyo...
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-Mugiwaras ustedes ahora decidirán su nuevo rumbo en el mar.
-¡Sugoi! ¡Entonces, vamos a...!
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Primera Publicación : 19 / 12 / 2020