Pensé haber muerto aquel día donde mis cartas fueron reveladas, pero aquí sigo, lastimosamente. Aun con el corazón herido y mi orgullo bajo tierra, todo porque no se soltar eso que me hace tanto daño, que tiene nombre y apellidos. "Soltadme te lo pido, dime que me odias y que no quieres saber mas de mi. Prefiero eso a tener que seguir viviendo con este dolor en el pecho todos los días. Déjame las cosas en claro, tómame de los brazos y gritadme, insultadme, para que al fin mi corazón pueda soltarte"