En las oscuras y tenebrosas paredes del asilo de Arkham, en 1860, se puede observar en una habitación aislada del resto, una hermosa joven de llamativos ojos púrpura, que no paraba de llorar y suplicar salir de allí, rogaba que la sacaran de ese asqueroso lugar y poder escapar de aquella bestia que la había hecho prisionera en ese lugar. Es en ese momento donde se escucha como la puerta de su habitación se abre, dando paso a que aquella bestia entre y se encierre con allí con ella. Al verlo a dentro, su cara se tornó en horror e intentó hacer todo lo posible para que él no la tocara, fallando miserablemente al sentir como sus manos la encierran en sus fuertes brazos y sus labios tocan su cuello. Damian: Hola cariño ¿cómo has estado preciosa? ¿te han tratado bien en este lugar? Sé que estás impaciente mi amor pero no te preocupes, al viejo murciélago le quedan pocos meses de vida, y cuando eso suceda, saldrás de aquí y podremos al fin casarnos amor- Decía feliz de lo que decía. Rachel: ¿Por qué no lo entiende Damian? Yo no quiero casarme con usted, no lo amo... deme mi libertad, se lo suplico... déjeme ir- Decía intentando zafarse de su fuerte agarre. Damian: No te atrevas a volver a decir eso... tú y yo nos amamos y nos vamos a casar... no te preocupes mi amor, saldrás de aquí como mi esposa... o no saldrás nunca.