A pesar de un mal comienzo tropezando con el fanático de Gryffindor de James Potter en el tren camino a Hogwarts, Severus Snape sigue confiado en que la escuela de magia y hechicería será su verdadero hogar donde aprenderá a ser un hechicero a través de la ayuda de la casa de la que su madre fue parte en el pasado, Slytherin. Y así debería ser, él debería ir dentro el camino de la serpiente solo, sin Lily, él, su varita de segunda mano y mente afilada. Hasta que, de pronto, en la prueba de selección de casas, el viejo sombrero seleccionador hace algo inesperado para todos los presentes, gritando "SLYTHERIN!" Para nadie más que la persona que Severus había insultado horas antes, James maldito Potter.
Obviamente, los dos jóvenes empezaron con el mal pie, pero rápidamente ambos dejan de ser la preocupación del otro cuando raros accidentes que dejan a sus compañeros de primer año de piedra empieza hacerse más recurrente. Y tal como dictan sus naturalezas curiosas, ellos no pudieron evitar meterse. James como su primera aventura con sus amigos y Severus con su fascinación a las artes oscuras.
O en cortas palabras: James queda sorteado en Slytherin junto a Severus, y siguen llevandose como aceite y agua pero secretos del pasado los fuerzan a formar una extraña tregua en su primer año de Hogwarts.
Pareja principal: James/Severus
Aclaración: No pasa nada explicitamente romantico con ellos en esta primera parte de las serie, pero ellos siguen siendo los protagonistas.
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.