Querida hermana

En la ciudad de Edmonton, en el frío país de Canadá, Skye se había resignado a una vida sin demasiadas emociones. Una vida que la ayudase a sobrevivir el día a día sin grandes expectativas.
Su hermano Bill, sin embargo, siempre había buscado más; su ambición no conocía ninguna clase de límites. Dispuesto a cualquier cosa por conseguir lo que más anhelaba, sus acciones a veces se acercaban peligrosamente a las de un villano a ojos de Skye.
Una noche, sin esperarlo, Bill desaparece, rompiendo con el deseo de Skye de que todo fuera lo más tranquilo posible después de haber vivido los peores años de su vida.
Mes tras mes, el recuerdo de Bill persistía como graves y dolorosas punzadas. Skye no sabía cómo gestionar todas aquellas emociones, ya que las noticias acerca del paradero de su hermano jamás llegaban. Hasta que, un día, lo hicieron de la forma que Skye más odiaba: repentinas y casi insultantes.
Pero aquellas noticias serían el comienzo de algo mucho más profundo y oscuro; el efecto mariposa que rompería a Skye en pedazos.
Bill podía parecer un villano a veces, pero ni se acercaba a uno.
O eso era lo que Skye siempre había creído.