¿Cómo rivalizar contra la inquebrantable lealtad de Genos hacia su maestro, Saitama? De algún modo, Eva lo intentó, se dijo a sí misma, "qué rayos voy a perder".
¿Que quién es Eva?
Una chica bastante normal, en términos para este loco mundo, ella representa lo más similar a un científico incomprendido de película. Excepto que tan solo tiene 18 años y no sale para que le dé el sol.
Eva, la nieta del doctor Qseeno, sobreviviente del desastre provocado por el Ciborg loco que acabó con el hogar y la familia de Genos, es también estudiante de su querido abuelo, la única persona que le queda. Por lo que mantenerse en perfil bajo y oculta tras paredes blindadas, le da seguridad de que nada malo volverá a pasar... mientras todos estén ahí a su lado.
Juntos trabajaban día y noche mano a mano como un equipo, aun temiendo por la vida de Genos en el fondo; sin embargo, el juego de siempre cambia por completo cuando el ciborg rubio conoce a Saitama, el que se volverá su mayor figura de admiración y a lo que aspira a convertirse. Y esto altera por completo su regla de supervivencia elemental, ya que considera a Saitama como un peligro andante, luego de verlo acabar con los monstruos con facilidad y mucha, mucha fuerza bruta.
A partir de ahí su vida cambiará por completo, se verá obligada a salir de ese laboratorio por su bien y por el de los demás. Se enfrentará contra un enemigo poderoso, y el heraldo fallido de Dios que descubre. Pero, lo más importante, ¿logrará sobrevivir para contar lo que vio?
Solo hay una forma de lograrlo...
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Fanfic inspirado en la obra de One Punch Man.
El romance no será el foco de toda la trama, porque se estanca la historia y queda medio extraña para mi gusto (no soy tan empalagosa).
Este se podría considerar una secuela o AU de mi anterior fanfic "Memorias del corazón".
Entre risas en la cocina, madrugadas con biberones y caricias silenciosas bajo una manta, Harry y Draco descubren que el amor no siempre viene con batallas épicas ni grandes declaraciones.
A veces, basta un susurro en la noche, una siesta compartida o una carta de Hogwarts en la mesa del desayuno.
En esta colección de momentos -sin orden, sin prisas- viajamos por recuerdos sueltos, pequeños destellos de lo que fueron, lo que son, y lo que jamás dejarán de ser:
Una familia. Un hogar. Unos adolescentes enamorados. Un amor que hace del instante, una eternidad.
Cada capítulo es una escena única, un abrazo al alma para quienes creen que el amor se encuentra en los detalles más simples.