Los destellos dorados de sus ojos mieles estaban cubiertos de lágrimas, su mirada estaba fija en mí, apenas podía sostenerme en pie. "¿Esto es lo que quieres?" le grito con toda la fuerza que puedo, aunque mi voz no ayuda mucho y se corta. "¿Quieres que me sienta así?" aprieto los labios. "Siento que te estoy arrastrando conmigo, Cole." Cole respira y se acerca hacia mí para tomar mi rostro entre sus manos. "Quiero irme contigo", niego varias veces, él aprieta mi rostro para que lo vea, aunque era difícil ya que era demasiado alto, se inclina hacia mí. "Solo te quiero a ti, Nora. Eres tú y nadie más, y quiero estar contigo." "No quiero que te destruyas, Cole", añado suavemente. "Desde que llegaste a mi vida, créeme que es lo que menos has hecho." "Ella es hermosa", blanquea los ojos. "Nora, solo te quiero a ti." "No quiero que llores y vivas así..." me interrumpe con un beso. "Solo te quiero a ti, a la mierda lo que pase después. En este momento te tengo en mis brazos y es lo único que me importa."