No era nada especial; desgarbado, torpe y, lo peor de todo... débil, pero Jaune Arc tenía la costumbre de darse a conocer, y era un tonto si pensaba que ella no se daría cuenta.
Quizá... te amé demasiado por eso me había aferrado a la idea de que seriamos ese y nos volvimos uno cuando la realidad iba a pasos agigantados aciendonos pedazos.