Pinocho se encontraba dispuesto a tener su primera vez con el árbol de abedul del patio de su padre, el cuál le había encantado la hada madrina para que pudiera hablar. – Es tu primera vez pinochito? - le pregunto el abedul, siendo el un experto en eso de la fotosíntesis sexual. – Eh, sí - respondió sinceramente pinochito avergonzado. – Si sabes que es fácil saber cuando mientes, porque lo haces pinocho? - le pregunto el abedul. – No he mentido, mira, la nariz no me ha crecido - le dice pinocho señalando apresuradamente su nariz. – La nariz no te crecio, pero mira más abajo pinochito - le respondió el abedul desvergonzado.
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