Las estrellas son algo que siempre le ha gustado a Julieta, incluso llegó a pelearse con una compañera porque creyó que esta le había quitado el adhesivo dorado con dicha forma que su maestra colocó en su cuaderno. Si se le preguntaba qué quería ser de grande, la niña respondía que solo quería ser una estrella. Su obsesión quedó en el olvido al pasar los años, pero la recordó cuando aquellos hermosos ojos azulados de Spencer White se enfocaron en la adolescente. Aquellas dos estrellas azules serían capaz de consumir todo su ser, ya que en realidad eran agujeros negros.