Era un juego que ellos jugaban. Ella se infiltraba en su nave, dios sabe cómo, evitaba de alguna manera a todos sus guardias y luego lo hacía perseguirla. Solo un poquito, porque ella sabía que el odiaba el agotamiento innecesario cuando podía usar su energía para algo mucho, mucho mejor, y luego lo dejaba atraparla porque nadie atrapa a la piloto de la Morningstar sin su consentimiento. Si entraba en un enfrentamiento que sabía que iba a perder, era porque era el resultado que deseaba.
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