Desayuno para dos

Padres controladores. Un ex malvado. Un mecánico muy atento. Y una relación amorosa falsa. A veces, la vida de Lucas parece una telenovela mal guionada.

Lucas salió con Julián durante un total de dos (¡¡dos!!) semanas, pero tanto Julián como los padres de Lucas decidieron que era amor verdadero y debían estar juntos por siempre, incluso si Lucas no estaba de acuerdo.
Por eso, cuando un año después de su ruptura Julián no para de reaparecer en su vida y sigue molestándolo en su trabajo, Lucas se harta de la situación y toma medidas extremas.

Ignacio es un mecánico con un pasado complicado que está decidido a mantener enterrado para que no ensucie su presente esperanzador. Es alto, amistoso, y guarda un enamoramiento secreto que la mayoría de la gente a su alrededor adivinó.
Ignacio va todas las mañanas a desayunar al café donde trabaja Lucas, y Lucas está decidido a convertir al mecánico en su amigo, incluso si todo el mundo piensa que entre ellos debería haber algo más. Y ese algo más se convierte en una realidad.

O algo así.

Porque la relación es falsa, pero el desayuno es real.

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