Rhaenyra lo ha perdido todo. A su esposo, a su trono, a sus hijos. Tras el cruel asesinato de su ultimo hijo vivo a manos de sus súbditos, Rhaenyra escapa sin saber a dónde ir o qué hacer, las esperanzas resurgen una vez escucha que tras el asalto a Pozo Dragón Aegon ha desaparecido, bien pudiera estar muerto victima de un asedio sucedido en el palacio o nuevamente oculto como la rata que es, pero sabe que ya no queda trono que reclamar. El pueblo esta débil y se niega a permitir a cualquier Targaryen en el trono, en especial ahora que no tienen dragones, lo único que los acercaba a los dioses, en medio de su desolación termina en las ruinas de la Ladera, encontrándose a una dragona azul cuyas heridas han sanado y a un príncipe cuyo odio y deseo por ella siguen aumentando.