Es importante para el escritor el declarar amor, amor a los amores, a los mejores amigos que le acompañan en su viaje, a sus padres, a la familia, y a la belleza de la naturaleza, y así mismo en su perdida virtud por conquistar la belleza de amores inconclusos y de los nefastos no correspondidos. A Dios, para el que la fe puede ejercer en medio de los tiempos; A Dios como mediador, como un oidor de sus plegarias, y como el creador de todo y de la eternidad, porque Dios es amor, y de ese amor se producen todos los amores que se sienten con intensidad. Pretendiendo encontrar más amigos que puedan entenderle y que aprendan junto a él a vivir concientes de la importancia de declarar de alguna manera lo que desde el alma mucho se siente mas bien en silencioso andar.
No importan, entonces, las distancias, las verdades o mentiras, los obstáculos ni menos las excusas mientras las palabras expresan entre libres líneas los sinceros sentimientos palpitando en un destello de placer agobiante y apasionado, y si, otra vez hablamos de amor, pero mas intensamente la ira, el deseo, los celos amargos, la alegría, y la paz entre otros estados anímicos imbricados en la acción de ser y existir, la vida.
Había una vez una rosa que me robó el corazón...
No es cierto...
yo sé lo di desde el primer segundo en que la vi,
pero déjala que crea que me lo quitó.
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⚠️: Este libro solo se le dedica a esa persona que vas a amar toda la vida, sí, incluso cuando tengas que decir que ya la olvidaste.
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Tiene inspiración en el principito, me gusta imaginar que ha crecido y le ha dedicado un libro a su rosa.