En un mundo donde el poder y los negocios se entrelazan, Taylor Nobéli, un joven empresario de 26 años, se enfrenta a la presión de ser el heredero de un imperio empresarial que abarca toda Europa. A pesar de su éxito, Taylor lleva consigo las cicatrices de una infancia en una familia poderosa pero arrogante y ególatra. Esta herencia lo ha moldeado, dejándolo con una visión distorsionada del amor y las relaciones.
Por otro lado, Flor De Mayo, una joven universitaria de 23 años y heredera del poder empresarial en Latinoamérica y Asia, ha tenido que luchar contra los prejuicios desde muy joven. La familia de su padre nunca la aceptó por ser venezolana, dejando cicatrices profundas en su autoestima. Su única defensora fue su madre, quién siempre le recordaba su valor y fuerza. Sin embargo, la muerte de su madre dejó a Flor devastada, pero no logró endurecer su corazón. En lugar de eso, esa pérdida se convirtió en el combustible para su lucha.
Al aceptar la oferta de su padre, Alexander De Mayo, para realizar una pasantía en su nueva empresa de productos deportivos, Flor se adentra en un mundo dominado por hombres que desafían sus ideales. Con su gran actitud y determinación feminista, busca demostrar que su herencia no define quién es.
Cuando Taylor y Flor se encuentran en el ámbito profesional, ambos luchan internamente por dejar atrás sus pasados oscuros. Mientras Taylor lidia con sus demonios familiares, Flor se convierte en un faro de luz. Su autenticidad y calidez logran cambiar la actitud no solo de Taylor, sino también de su familia, quienes comienzan a ver más allá del egoísmo que siempre los ha caracterizado.
A medida que trabajan juntos, la conexión entre ellos florece. Pasan por momentos difíciles, enfrentando corazones rotos y malentendidos. Sin embargo, cada tropiezo les brinda la oportunidad de aprender sobre el perdón, la confianza y la redención.
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F/P: 24/04/24
Autora: Luisa Salcedo (Laqueendevzla).
Miranda ha estado lidiando con muchos problemas últimamente. Entre ellos, sus inseguridades respecto a su físico, y a su intelecto. Los pensamientos invasivos de que no es buena acaban torturándola día a día.
En cambio, Nicolás es todo lo contrario a ella. El hermano mayor de su mejor amigo demuestra ser seguro, sociable, con cierta habilidad para el coqueteo y con mucho interés por demostrarlo. Es buena persona, pero en los pasillos de la Universidad tiene una fama de donjuán bien ganada.
Sería muy cliché que esos dos sean compatibles, ¿No es así?