Cuando Rayssa se ve obligada a casarse con el nuevo y misterioso rey usurpador, nunca imaginó todo lo que eso conllevaría. Jamás imaginó todo lo que aprendería y descubriría, de su mano y a través de sus ojos. De tantas cosas que le habían ocultado a ella y a todo un reino. Pero cuando las fuerzas del antiguo rey derrocado buscan volver a tomar el poder, se ve obligada a tomar decisiones con las que quizá no esté del todo de acuerdo. Pero ya no es una simple noble, ahora es toda una reina y hará lo necesario por su reino, aunque no sea el momento adecuado. Y trás esa decisión Rayssa tendrá que lidiar con las consecuencias y ver a través de todas las mentiras. Mentiras susurradas tan dulcemente que perfectamente podrían ser una verdad. Una verdad utópica a la que no puede aferrarse. Se verá obligada a beber de la mortal, venenosa y dulce mentira, para poder abrir sus ojos a la nueva y contundente verdad. A su nueva realidad.