Un mundo de praderas infinitas, montañas y lagos colosales, glaciares gigantescos, bosques, selvas y desiertos inmensos, cada uno con su biodiversidad, cuatro veces mas grande que la lejana y agonizante Tierra, el planeta tan esperado aguarda orbitando la gran gigante roja Centaur 7 que multiplica por diez el tamaño del ya nada impresionante Sol, el planeta gira en torno a él alardeando con un luminoso anillo de nieve visible desde la corteza, cortesía de su propia, gigantesca y espectacular luna hecha puramente de agua y hielo, donante de protección contra impactos al planeta y controladora de las mareas y océanos, así como de un hermoso espectáculo nocturno, lleno de auroras boreales y cercanos asteroides suspendidos en el vacío. El lugar perfecto para una raza que acabó con su propio planeta, los humanos arriban esperanzados de encontrar ahí un reemplazo y una nueva oportunidad para volver a vivir en un lugar al que puedan llamar hogar.
Siete años después de que el mundo se convirtiera en un desierto gélido, los únicos sobrevivientes habitan un gigantesco tren en movimiento perpetuo que recorre el planeta, manteniéndolos con vida. Dentro de este confinamiento mecánico y desigual, Alexander, un joven de 14 años, enfrenta no solo las duras condiciones del apocalipsis, sino también los complejos sentimientos que surgen cuando conoce a Elías, un chico de su misma edad que proviene de los vagones más privilegiados del tren.
En medio de jerarquías sociales estrictas y tensiones crecientes entre los pasajeros, Elías y Alexander desafían las normas al embarcarse en un vínculo que podría significar tanto su salvación como su perdición. Mientras luchan por encontrar su lugar en un mundo congelado y dividido, sus corazones jóvenes deben superar barreras físicas y emocionales en un viaje de autodescubrimiento, amor y resistencia.
Un drama de mayoría de edad y supervivencia que combina la intensidad emocional de Young Hearts con la tensión distópica de Snowpiercer.