Lyssa Bridge es una mujer independiente y exitosa, con una vida que muchos envidiarían. Posee una carrera brillante, amistades leales y la libertad de vivir según sus propias reglas. Sin embargo, su mundo se tambalea cuando su padre, un astuto magnate de los negocios, le impone un matrimonio de conveniencia con Dylan Russo, un hombre que representa todo lo que ella desprecia.
Dylan Russo es un empresario frío y calculador, conocido por su mirada distante y su actitud implacable. Su vida está marcada por el dolor y la traición, lo que ha forjado un corazón de hierro que rechaza cualquier muestra de vulnerabilidad. Para él, las relaciones son meros intercambios; no hay lugar para el amor ni la compasión. Cuando se entera del matrimonio por contrato, su primera reacción es despreciar la idea de ser atado a alguien como Lyssa.
A medida que los dos se ven obligados a compartir un hogar y cumplir con las expectativas sociales de su unión, la tensión entre ellos comienza a intensificarse. Lyssa se niega a ser una simple muñeca en el juego de su padre y lucha por mantener su independencia mientras intenta descubrir el verdadero hombre detrás de la máscara de Dylan. Por otro lado, Dylan se siente atrapado en un mundo que no eligió, donde cada sonrisa de Lyssa desafía sus defensas emocionales.
A medida que pasan los días, las barreras que ambos han construido comienzan a desmoronarse. Lyssa utiliza su ingenio y determinación para romper el hielo con Dylan, mostrando que hay más en él que solo frialdad y desdén. Las conversaciones profundas y los pequeños gestos comienzan a revelar sus miedos y deseos ocultos.
¿Logrará Lyssa conquistar el corazón endurecido de Dylan? ¿O será este matrimonio solo un acuerdo frío destinado al fracaso? En este viaje lleno de giros inesperados, ambos aprenderán sobre el verdadero significado del amor, la confianza y la vulnerabilidad.
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.