Toda su vida Tanjiro vivió de forma muy mimada, sobreprotegido, donde muy pocas veces tenía que pensar por su propia cuenta, lo que comenzó a traerle problemas mayores conforme se hizo adulto. Con el hábito de enamorarse a primera vista de cualquiera, Tanjiro siempre depende de la gente que le rodea para que le ayuden a ponerle los pies sobre la tierra, sobre todo su amigo de instituto, Obanai Iguro.