Todos tenemos una llama gemela, esa alma que complementa la nuestra; esa que nos ayuda a completarnos... a encontrarnos. Pero no es todo un cuento de hadas, estas son conexiones kármicas que vienen a enseñarte de la vida, ha devolverte todo el bien o el mal que hiciste.
Es una conexión tan dramática y energéticamente fuerte que te destruye en pedazos para volver a reconstruirte pieza por pieza, y todo su trabajo lo hace a través de dolor, tristeza, felicidad, nostalgia, enojo, decepción, sufrimiento, amor... y un sin fin de emociones que solo vienen a ayudarte a encontrar tu más auténtico ser.
Y el destino es tan jodidamente extraño e increíble que hace que esas almas siempre estén presentes en la vida de la otra; a veces muy de lleno y otras veces de una manera demasiado sutil, pero siempre están ahí. Siempre saben de la existencia de la otra, aunque no sepan quienes son realmente, pero de una forma u otra siempre están presentes. Aunque hay veces que no cruzan palabra alguna hasta que no llega el momento adecuando, como también hay veces que cruzan miradas intensas y magnéticas que las hacen sentirse atraídas de una manera inexplicable, pero nunca se acercarán a la otra hasta que el destino así lo quiera.
Y eso es exactamente lo que sucede con Billie y Vienna, dos jóvenes brujas... entre otras cosas, que pertenecen a aquelarres completamente contrarios, pero ya les dije que el destino siempre tiene sus planes...
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.