Luna Sangrienta ||La Doña

"Lo odiaba.

Odiaba sus ojos que parecían decirme que era una idiota, que decían tanto y a la vez nada; o más bien si lo hacían, pero yo no pude oírlo.

Odiaba su aliento, el cual me respiraba en el cuello mientras clavaba sus dientes. Odiaba su cuerpo, el peso de este y el cómo no era capaz de resistirme a él. Odiaba sus manos que me tomaban con tanta fuerza como para sentir que no podía respirar, tanta fuerza como para creer que si fuera el caso y quisiera, no podría escapar de ellas.

Odio el sabor amargo de sus labios, los cuales serían dulces si no fuera por el alcohol que hace poco bajó por su garganta. Odiaba esas estúpidas drogas que me ofrecía, solo fueron pocas veces, pero las odiaba igual; porque podía sentirlas cada vez que me besaba, y lo peor es que aún sin ellas, él conseguía marearme con solo un roce.

Odiaba el olor a cigarro mezclado con el perfume que siempre lo acompañaban. Odiaba su sonrisa, aquella que hacia mis piernas flaquear, que me atrapó desde el primer momento.

Y aunque odiara todo eso, estaba bien para mí, porque en el fondo sabía que me amaba. Las luces en su casa eran la señal que yo necesitaba para saber que él estaba aún más sucio que yo, y aún con eso, no dejó de repetirme hasta el último día que fuí su luz más blanca.

Lo odiaba, en serio lo odiaba."

Posterior a su escape, Altagracia Sandoval decide armar una nueva vida, sin saber que esta la transportaría nuevamente a los malos pasos.

Luego de una traición y abandono por parte de alguien en el que creyó; se anima a sí misma a que ya no lo necesita, persiguiendolo para cobrar sus deudas.

Por otro lado, el arcoiris anda suelto, ella pasó por eso y se decide a detenerlos antes de que sus seres queridos sean afectados.

Sin saber que, terminaría desempolvando algo mucho peor.