-¿Todo bien? -preguntó, parecía estar recargado en el exterior de la puerta. -No, tengo miedo de que me secuestre un miope. -dije lo más seria que pude, poniéndome la pantalonera negra. -¿Miope? -, se quedó un rato en silencio-, ¡¿Yo?! Obviando que mi deducción era correcta, al abrir la puerta, Ryan perdió un poco el equilibrio y terminó a escasos centímetros de mí. Levanté un brazo por instinto, él se giró rápido y quedamos frente a frente, con mi mano apoyada en su pecho. -Astigmatismo -murmuró-... Tengo astigmatismo. -, su corazón latía muy rápido y debo admitir que el mío igual.