¡Yo soy Denki Kaminari!

Morí. Así, sin más.

Y cuando abrí los ojos, no me encontré con una luz divina ni con las puertas del cielo. Me encontré en otro cuerpo, en otro mundo... y, para colmo, como un secundario olvidable dentro del universo de My Hero Academia.

¿Denki Kaminari? ¿¡En serio!?

No era el protagonista. No tenía el potencial heredado de un símbolo de paz ni un pasado trágico que grita "main character". Tenía un quirk que freía mi propio cerebro si me pasaba de voltaje y un guion que, honestamente, no me favorecía.

Pero si algo aprendí de mi vida anterior es que uno no espera a ser el elegido. Uno se vuelve el elegido.

Esta es la historia de cómo tomé un papel de relleno y lo convertí en una chispa capaz de incendiar toda la narrativa. Cómo me esforcé por exprimir cada voltio de poder, cuerpo y alma, reescribiendo mi destino entre explosiones, sangre, sudor y decisiones imposibles.

Porque si ya iba a estar atrapado en esta historia...

...al menos haría que valiera la pena.

Y sí, también agregué un poquito más de drama al camino. ¿Qué sería de un héroe sin eso?