-¿Estás con el?.- preguntó susurrando.
Yo asentí viéndolo a los ojos.
-Me alegro, mereces lo mejor Nat, alguien que te haga feliz y valore la increíble mujer que eres.- sonrió sin mostrar sus dientes, era una sonrisa con nostalgia.- Tal vez en otra vida si pudimos estar juntos.
-Tal vez en otra vida si supimos cómo hacer las cosas.- respondí.
El asintió.
-Perdóname por todo lo que te hice pasar.- susurró.- Siempre serás tú Natalia, pero te dejo ir, él te ama, se nota.- asentí.
-Y yo a él.- contesté, el volteó hacia su costado, se notaba que no esperaba esa respuesta.
-Me voy, siempre estaré, cada que lo necesites.- asentí.- Adiós mi Nat.
-Cuídate Kevin.- dije antes de que él saliera de mi camerino.
Solté todo el aire que tenía contenido en mis pulmones, lo estaba reteniendo por varios minutos.
Sentí como una carga de mí se liberaba, Kevin y yo teníamos la despedida que nunca habíamos tenido, se había terminado todo.
Sentía como por primera vez, de todas nuestras despedidas, la más real, pero la menos dolorosa, era el cierre que ambos necesitábamos.
Natalia Toache pensó que su celebración de su cumpleaños 25 sería inolvidable... y si lo fue.
Tanto que resultó en un contrato de noviazgo por un año, con Kevin Álvarez.
Futbolista, millonario y atractivo, el sueño de todas, un dolor de cabeza para Natalia.
-No tenemos ninguna relación.- dijimos Kevin y yo al mismo tiempo.
-Por eso, una noche de copas, lamentablemente suelen tener varias de esas.- dijo Pablo rodando los ojos.- Pero esta le interesó al público, se decidió que serán pareja públicamente por 1 año, ni menos, ni más, firmarán un contrato, no saldrán con otras personas, juntos para todo, sus agendas ya están acomodadas lo que resta del año para que se la pasen juntos, es un ganar- ganar, Natalia mejora su imagen en el modelaje, a Kevin lo meten a jugar más.- decía Pablo.- Necesitamos que limpien su imaginen para la prensa, esta es la oportunidad perfecta.